Universidad Miguel de Cervantes

10 años de Aparecida

10 AÑOS DE APARECIDA. La renovación de la Iglesia desde los pueblos latinoamericanos

El pasado 31 de Mayo se cumplieron 10 años de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizada en Aparecida, Brasil. En aquella ocasión, se reunieron 266 personas de los distintos países de América Latina y el Caribe, entre las cuales había 14 cardenales latinoamericanos, los presidentes de las distintas Conferencias Episcopales, delegados de todos los episcopados de la región, 24 sacerdotes diocesanos, 16 religiosas, 15 laicos, entre otros.

Se reunían para discutir sobre los caminos que debía recorrer en el futuro la Iglesia Católica en América Latina. La última asamblea de este tipo se había realizado 15 años antes en Santo Domingo, en la cual había referencias muy negativas por la intervención de la curia vaticana durante la Asamblea, impidiendo un ambiente sincero de participación y discusión. Mientras en 1992 en Santo Domingo, la asamblea se había realizado en un hotel; en el caso de Aparecida la reunión se realizaba en el marco de uno de los centros de piedad popular más importantes de la región: el Santuario de Nuestra Señora de la Concepción Aparecida, de tal modo que los participantes en la Conferencia General del CELAM tenían como telón de fondo de sus conversaciones y discusiones, el canto de 120.000 peregrinos del Pueblo de Dios que acuden al santuario todas las semanas.

Fue en Aparecida, donde la Providencia empezó a tejer los acontecimientos que iban a cambiar la historia de la Iglesia a nivel mundial.

El Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano de ésa época era el chileno Francisco Javier Errázuriz, quien con parresia corrió todos los riesgos para atreverse a vivir una Iglesia sin temor a las opiniones libres de todas las sensibilidades, preocupándose porque en Aparecida se respirara un ambiente que facilitara la participación de todos, que permitiera que las opiniones fluyeran desde la base y que se discutiera con libertad y franqueza. Fue en Aparecida, donde se redescubrió con claridad y fuerza el concepto de Discípulos-Misioneros, reconociendo que la Iglesia no es autoreferente, sino que sigue a un Maestro; y que nuestro seguimiento no se puede desvincular de nuestra misión; que la Iglesia no es una suerte de organización que se preocupa de reclutar seguidores, sino que es una comunidad que irradia la alegría de una amistad incondicional de nuestro Maestro, Cristo. Todos éstos conceptos que hoy nos suenan tan cercanos o comunes por el Magisterio del Papa Francisco, fueron redescubiertos en Aparecida.

Fue en Aparecida, donde emergió con gran claridad el liderazgo de quien en ese momento era el Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, y que años más tarde asumiría el liderazgo de la Iglesia Católica. Hablamos del jesuita Jorge Bergoglio.

Algunos ignoran, que en ese marco de participación y discusión con gran libertad, los propios obispos latinoamericanos eligieron el 15 de mayo de 2007 a Jorge Bergoglio como Presidente de la Comisión de redacción del documento final, reconociendo en él a la persona con la autoridad moral capaz para poder llevar a buen puerto la discusión que se estaba llevando a cabo. Testigos del momento destacan que “muchos se sintieron cautivados por su lenguaje llano y sugerente, que transmitía esperanza, seguridad y ganas de trabajar hacia adelante”.

Academia de Líderes Católicos – Av. Jaime Guzmán 3300, Providencia – (56 2) 2354 5126 / 2354 5117 Desde el primer momento, el cardenal Jorge Bergoglio invito a evitar una iglesia autorreferencial y en cambio interpelo a soñar con una Iglesia capaz de salir, llegando a todas las periferias humanas, desde una nueva etapa misionera de la Iglesia. Su conducta desde los detalles se caracterizó por evitar imponer textos o que una sensibilidad en particular se impusiera a las demás, por preocuparse de que todos se expresaran espontáneamente y con la paciencia necesaria –que hoy ratifica como Papa- para esperar a que poco a poco comenzarán a surgir los consensos. Por ello, para cualquiera que quiera conocer al Papa Francisco y su estilo de gobierno, basta con conocer a profundidad aquellos días de Mayo de 2017 en Aparecida y reconocerán sus actitudes, sus gestos pastorales y su visión que hoy caracterizan al Papa Francisco; además de que el documento final de Aparecida a pesar de ser una obra colectiva, refleja el lenguaje y los acentos del Cardenal Bergoglio.

Basta tan solo comparar el documento de Aparecida con la exhortación postsinodal Evangelii Gaudium (considerada por muchos el programa de gobierno y de reforma del Papa Francisco para la Iglesia) y uno encontrarán una similitud impresionante.

Este documento –el de Aparecida- fue concluido a las 2:30 de la mañana del día 30 de mayo gracias al trabajo infatigable del Cardenal Bergoglio y de tres personas más, una de ellas, quien años después se convertiría en cardenal y arzobispo de Santiago, hablamos de don Ricardo Ezzati. Y uno de los colaboradores más cercanos del entonces Cardenal Bergoglio durante Aparecida era el obispo chileno que impulsaba una nueva animación bíblica de la pastoral, quien meses después se convertiría en secretario general del CELAM y actualmente es el Presidente de la Conferencia

Episcopal de Chile, Santiago Silva.

De este modo la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano se convirtió en un hito y referente para toda la Iglesia por su “espíritu” de sinodalidad, de participación, de diálogo pero sobretodo de comunión. La Providencia nos volvió mostrar una vez más en la historia del hombre, que “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos”; pues fue de pastores que provienen de pueblos como el argentino, el chileno, el peruano, el mexicano, el boliviano y tantos más, desde donde surgió la respuesta divina para responder a los desafíos que vive la Iglesia y el mundo actualmente.

A pesar de que han pasado 10 años, aún es muy poco tiempo para apreciar las consecuencias e implicaciones de lo que se vivió en Aparecida, aunque ya se configura la alta importancia que tuvo la Conferencia de Aparecida y del mismo modo se empieza a revelar como varios de quienes desempeñaron un papel relevante en Aparecida, en el tiempo se han ido convirtiendo en protagonistas relevantes de la reforma de la Iglesia.

A veces nos cuesta reconocer la riqueza propia, por ello en un mundo donde muchas veces se mira con menosprecio el aporte latinoamericano, es justo y necesario recordar y celebrar como la historia mostro que la renovación de la Iglesia Católica iba a surgir desde pastores que provienen de los pueblos de América Latina.

José Antonio Rosas A

Director Academia de Líderes Católicos